jueves, 19 de marzo de 2009

la voz de Salvadeo


LA VOZ DE SALVADEO.

Salvadeo era un hombre grande; grande de edad y grande de cuerpo, padrino de Daniel.

Salvadeo conocía toda la historia de los lugares de Barracas.

Esa parte de Barracas que ronda el parque Lezama, donde estuvo la Cantábrica y la Editorial Kraft.

Salvadeo habría trabajado creo que en todos los lugares, en aquellos tiempos en que los solterones tenían las puertas abiertas y eran queridos por todo el vecindario, cuando eran hombres buenos.

Cuando recorríamos el barrio él nos hablaba de la historia de los distintos lugares.

Le preocupaba mucho lo deteriorados que estaban los monumentos del parque.

El recordaba cuando se les lustraban los bronces una vez por semana, y relucían.

El también había trabajado haciendo eso.

En esos momentos su voz tomaba un tono quejumbroso, como si en su garganta se hubiera instalado un poco el herrumbre de los monumentos.

Por lo que él contaba, Barracas ya se había venido abajo hace rato.

Salvadeo nunca fue guardián del parque, el guardían oficial siempre fue "Flechita", designado por la Municipalidad.

Ese día el parque estaba bastante descuidado, lleno de papeles.

Eran volantes de la Juventud Socialista de Barracas, alertando sobre el cierre de varias imprentas grandes, e intenciones de desalojos masivos en las casas más antiguas.

Al día siguiente el consejero vecinal peronista mandó una cuadrilla municipal para que hicieran una limpieza profunda del parque, siguiendo su consigna de lograr que “Barracas vuelva a ser pintoresco y pujante”.

No quedó ningún papel en el suelo…pero los chicos lo volverían a ensuciar con pochoclos y manzanitas a medio comer.

Miguel Gary.-

1 comentario:

  1. ni que hablar ahora cómo está el parque Lezama con las ferias artesanales, las fuentes todas secas... horrible.

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